martes, 23 de junio de 2009

Capricho de chocolate

Un poco de colorete, un poco de quita ojeras, un poco de pintalabios y a la calle. Hasta el viaje en bus me ha encantado. Empezó con un carrito de bebé delante mía y descubriendo, en una conversación entre varias mamás que yo seguía tras mis gafas de sol, que el bebé tenía 20 días. Eso me inundó de felicidad. De envidia también si, los que me conocéis lo sabéis. Tras esto, me dispuse a ser feliz lo que me quedaba de tarde y para ello, que mejor que dedicarme a comprar detalles. Una tarde dedicada a pensar que les gustaría a otras personas. Creo que me ha salido bien pero me falta ver la cara de las otras personas para saberlo realmente.

Andar por la calle sintiendo el calor que hace, descubrir la bonita luz, mirar a madres paseando a sus bebes, escuchar retazos de conversaciones ajenas, ver como los guiris empiezan a inundar la ciudad, disfrutar de cada escaparate pensando en qué comprar para otras personas.

En la vuelta en el bus me he inmiscuido de nuevo en la conversación de mi vecina de asiento... si está feo. Y he venido pensando en la tableta de chocolate que me acababa de comprar que por cierto reconozco que me he comido y no sabéis lo riquísimo que me ha sabido. Tengo que regresar a esta tienda a comprar otra tableta. Ha sido mi capricho hoy. Y de vez en cuando debo dármelos, no?

1 comentario:

  1. Por supuesto que debes darte ese tipo de caprichos!! Qué bueno!! ¿Sabes que yo hago eso muy a menudo? miro, observo y compruebo que cada persona somos un mundo ;-). Besos.

    ResponderEliminar