viernes, 5 de junio de 2009

Otra tarde más

Son las cinco de la tarde. El cielo está gris, parece que acompaña su estado de ánimo. Un rayo en el cielo la hace despertar de una especie de letargo. Mira el reloj. Tiene toda una tarde por delante y aunque el domingo se ha hecho una lista con tareas para hacer durante la semana, presiente que esa tarde va a ser como cualquier otra. Estar ocupada es algo que se repite como si fuera un mantra pero ni siquiera se levanta a prepararse una taza de café.

Otro trueno y mira de nuevo el reloj. Las manecillas avanzan, el tiempo pasa y ella continúa sentada en el sofá. De repente se levanta, no sabe por qué y cuando llega a la mitad del salón se sienta en el suelo. Se tumba. Nunca había mirado el techo con ese detenimiento. Está alto, lejos, levanta una mano y se echa a reír. Qué lejos están las cosas cuando uno quiere. Se fija en su mano y el fondo se distorsiona. Será cierto que todo en su vida es una distorsión. En ese instante nota el frescor del suelo. Se hace un ovillo y se abraza.

Es cierto, la soledad está ahí. La siente abrazada a ella. Vive con ella. Se levanta, mira las fotos que tiene a su alrededor. Siente miedo por la gente que le rodea, por ella misma. Un miedo que va convirtiendo su respiración en entrecortada, está angustiada. Intenta respirar con calma. Coge una fotografía y se abraza a ella para que se interponga entre la soledad y su pecho. Y así se encamina al sofá dejando que la tarde siga sus pasos.

2 comentarios:

  1. ¿Y se puede saber qué fotografía eligió para alejar a la soledad? espero que de alguien que la quisiera y de verdad. Todos tenemos momentos como estos, por eso me parece que los has sabido transmitir perfectamente. Besos.

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  2. Voy a dejarlo con una incógnita, te parece? ;-)

    Muchas gracias, Junkal

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