martes, 17 de febrero de 2009

Vivan los ojerosos

En “El libro de los abrazos” de Eduardo Galeano he encontrado el siguiente texto sobre el amor:

"El amor es una enfermedad de las más jodidas y contagiosas. A los enfermos, cualquiera nos reconoce. Hondas ojeras nos delatan que jamás dormimos, despabilados noche tras noche por los abrazos, o por la ausencia de los abrazos, y padecemos fiebres devastadoras y sentimos una irresistible necesidad de decir estupideces. El amor se puede provocar, dejando caer un puñadito de polvo de quererme, como al descuido, en el café o en la sopa o el trago. Se puede provocar, pero no se puede impedir. No lo impide el agua bendita, ni lo impide el polvo de hostia; tampoco el diente de ajo sirve para nada. El amor es sordo al Verbo divino y al conjuro de las brujas. No hay decreto de gobierno que pueda con él, ni pócima capaz de evitarlo, aunque las vivanderas pregonen, en los mercados, infalibles brebajes con garantía y todo"

Toda manera de amor es válida, y sin amor no se puede vivir. Se dicen una gran cantidad de cosas estando enamorados pero todo es lícito siempre que salga del corazón. Hay gente que no es capaz de sentir, una pena, y hay gente que no es capaz de exteriorizar lo que siente. Así que los "sensibles" tenemos que estar de enhorabuena porque tenemos esa gran capacidad de sentir.

Como dice el mismo Galeano, "el tema del amor es un tema muy resbaloso porque es como que al amor cada vez que lo nombras lo matas, el amor es misterioso y por lo tanto cuando se lo define por lo menos se lo lastima mucho, así que hay que ser muy cuidadoso con eso del amor." Así que hay que tener cuidado aunque personalmente yo voto por definirlo y llamar a cada cosa por su nombre. Y vivan los ojerosos.

Campbel

2 comentarios:

  1. Qué texto tan esclarecedor...
    Eso: qué vivan los ojerosos!!

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  2. Verdad que si, Trapisonda?
    Ojeras hasta los pies!!

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