
Mi pequeño homenaje desde estas páginas que quedarán leídas por un grupo muy reducido de personas es para ti. Eres un gran músico, pero sobre todo una gran persona con la cabeza muy amueblada y tus prioridades claras. Como ya dije: tremenda capacidad de trabajo, inteligencia, humildad, cercanía, amabilidad, sabiduría, cariño… Siempre una sonrisa, siempre un detalle… Y ahora añado, siempre un guiño que aún recuerdo. Compartimos “mesa y mantel” y espero que sigamos compartiendo charla.
He escuchado varias piezas tuyas y he de decir que Ecce quomodo moritur justus e Illuxit nobis hodie me han encantado, pero quiero resaltar otra aquí, Aetas Carmen Melody, que ha hecho que alguna lagrimilla aflore. Gracias Albert.
Campbel
Esto sí es optimismo, por fin ;-).
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